A pocas semanas del esperado estreno de la quinta y última temporada de Stranger Things, el fenómeno de Netflix vuelve a estar en boca de todos. Los fans aguardan con ansiedad el regreso de Winona Ryder, David Harbour, Finn Wolfhard, Gaten Matarazzo, Sadie Sink, Natalia Dyer, entre otros, quienes enfrentarán un cierre épico tras casi una década de aventuras sobrenaturales. La serie creada por los hermanos Matt Duffer y Ross Duffer no solo marcó un antes y un después en la televisión moderna, sino que también consolidó a sus jóvenes protagonistas como auténticos íconos de la cultura pop.
Entre ellos destaca Millie Bobby Brown, quien con apenas 12 años alcanzó la fama mundial gracias a su papel de Eleven, la niña con poderes psíquicos. Desde entonces, su carrera ha crecido exponencialmente: ha protagonizado franquicias como Enola Holmes, colaborado con marcas de lujo, fundado su propia línea de belleza e incluso debutado como productora. Sin embargo, más allá de su éxito, la actriz británica sorprendió con una confesión que desconcertó a sus fans.
Del entusiasmo al distanciamiento: la relación de Millie Bobby Brown con el cine
La revelación se produjo cuando la actriz de Damsel explicó que, a diferencia de otros intérpretes que evitan ver sus propias actuaciones, ella simplemente no disfruta de la experiencia cinematográfica. “No veo películas”, afirmó sin rodeos para medios como MTV News, CBR y Scottish News. Una declaración que resulta paradójica, considerando que ha pasado la mayor parte de su vida frente a las cámaras y formando parte de una de las producciones más influyentes de los últimos tiempos.
Netflix
El momento en que una película de Christopher Nolan cambió la percepción de Millie Bobby Brown
En estas entrevistas, Brown detalló que tiene una regla muy particular para decidir si va o no al cine: “Si no lloro con el tráiler, no la veo en el cine”. Esa norma, según explicó, ha sido la causa de su prolongada ausencia de las salas. De hecho, confesó que no ha vuelto al cine desde que vio Dunkerque, la épica bélica dirigida por Christopher Nolan en 2017.
La historia resulta aún más curiosa si se considera que, para muchos, el director de Interestelar y El caballero de la noche es uno de los cineastas capaces de reavivar la pasión por disfrutar del cine dentro de una sala oscura. Sin embargo, para Millie, Dunkerque marcó un punto de inflexión. Desde entonces, no ha sentido la necesidad de regresar a una sala de cine. Y no por falta de interés en las historias, sino por su poca afinidad con el acto mismo de sentarse durante horas a ver una película.
Warner Bros.
“Mi cerebro no soporta estar quieto tanto tiempo”, aseguró la también actriz de Godzilla 2: Rey de los monstruos. “Ni siquiera me gusta verme en mis propias películas”. Una afirmación que refleja, en parte, la brecha generacional entre jóvenes creadores que crecieron en la era del streaming y las figuras que aún defienden la experiencia cinematográfica tradicional.
Aunque resulta tentador culpar a Nolan por la decisión de Millie Bobby Brown, la verdad parece más sencilla: para algunos, el cine no es una necesidad, sino una elección. Y en el caso de la actriz británica, su vida frente a las cámaras tal vez le haya robado la magia que otros aún encuentran en la pantalla grande.