El universo narrativo de Stranger Things siempre ha sido un homenaje directo al cine que moldeó la imaginación de una generación, no solo a través del espíritu aventurero de Steven Spielberg, sino también del terror cotidiano de John Carpenter, el misterio paranoico de The Thing, la infancia en peligro de The Goonies de Richard Donner o la sensibilidad oscura de Poltergeist de Tobe Hooper.
Los hermanos Matt y Ross Duffer han construido su serie como una carta de amor a ese cine que fusiona inocencia, peligro y aventura, incorporando referencias que abarcan desde E.T. el extraterrestre hasta el horror ochentero de Pesadilla en la calle del infierno de Wes Craven y el tono juvenil de Stand by Me de Rob Reiner. Cada guiño opera no como un simple tributo, sino como una estrategia narrativa para activar la memoria cinematográfica del espectador.
Netflix
La representación de The Void y el vínculo con el cine experimental contemporáneo
En ese amplio mosaico de influencias también conviven obras menos evidentes, provenientes del cine contemporáneo y un ejemplo concreto y enigmático es el diseño de The Void. Se trata de un espacio visual y conceptual que aparece cuando Eleven (Millie Bobby Brown) entra en estados de privación sensorial y se proyecta hacia una dimensión intermedia entre el mundo real y el Upside Down. Aunque podría haberse convertido en una secuencia saturada de efectos digitales, los Duffer optaron por un enfoque minimalista que potencia la sensación de aislamiento. El resultado es un escenario casi teatral, compuesto únicamente por una lámina de agua, cortinas negras y una iluminación cuidadosamente controlada.
Netflix
Ese diseño sobrio encuentra su inspiración más directa en Under the Skin, el inquietante filme de Jonathan Glazer protagonizado por Scarlett Johansson. En esta película, la actriz interpreta a una entidad extraterrestre que atrae a sus víctimas a un espacio completamente negro, infinito y carente de referencias físicas. La estética minimalista, la sensación de vacío absoluto y el tono contemplativo de estas escenas impactaron profundamente a los Duffer, quienes reconocieron esta influencia como una de las más significativas en la construcción visual de Stranger Things.
Film4
La influencia de ‘Under the Skin’ en la construcción de un espacio abstracto en ‘Strangers Things’
Under the Skin, estrenada en 2013, combina ciencia ficción y ensayo visual para explorar la fragilidad y monstruosidad de lo humano a través de imágenes que parecen extraídas de un sueño inquietante. La película apuesta por un lenguaje experimental, donde el negro total funciona como un espacio simbólico más que literal: una zona liminar donde la identidad se diluye y el cuerpo pierde significado. Esa lógica de abstracción es retomada por Stranger Things para dar forma a un entorno donde Eleven puede transitar sin límites físicos.
La conexión entre ambas obras se hace aún más evidente cuando se analizan los movimientos de cámara, el tratamiento del sonido y la forma en que los protagonistas se relacionan con ese espacio oscuro. Así como Johansson se desplaza por el vacío con una mezcla de curiosidad y desapego, Eleven avanza con cautela por un mundo donde cada paso parece cargar un peso emocional. La influencia de Glazer no solo es visual, sino también atmosférica: ese silencio que se vuelve amenaza, esa negrura que parece absorberlo todo.