Durante décadas, el cine de terror ha sido uno de los grandes relegados por la Academia. Aun así, algunos títulos lograron romper el cerco y colarse entre las nominadas al Oscar a Mejor Película. El exorcista de William Friedkin abrió el camino en 1973, seguido por Tiburón de Steven Spielberg, que redefinió el blockbuster moderno sin perder su nervio terrorífico.
Años después llegarían otras excepciones notables como El sexto sentido de M. Night Shyamalan, El cisne negro de Darren Aronofsky, Get Out de Jordan Peele y, más recientemente, La sustancia de Coralie Fargeat. Todas fueron reconocidas por su audacia y potencia autoral, pero solo una logró ir más allá de la nominación y alzarse con la estatuilla mayor.
La noche de los premios Oscar en que el terror hizo historia
En la ceremonia del Oscar de 1992, El silencio de los inocentes hizo historia al ganar Mejor Película frente a contendientes como JFK, Bugsy, La bella y la bestia y El príncipe de las mareas. No fue un triunfo aislado, ya que el filme arrasó con los llamados cinco grandes premios, incluyendo Mejor Dirección, Mejor Actor, Mejor Actriz y Mejor Guion Adaptado.
Orion Pictures
Dirigida por Jonathan Demme y basada en la novela de Thomas Harris, la película sigue a Clarice Starling, una joven aprendiz del FBI interpretada por Jodie Foster, encargada de entrevistar al brillante y perturbador Hannibal Lecter, encarnado por Anthony Hopkins. El juego mental entre ambos personajes, cargado de tensión, inteligencia y ambigüedad moral, se convirtió en el corazón del filme y en uno de los enfrentamientos más memorables de la historia del cine.
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‘El silencio de los inocentes’, un fenómeno cultural
El silencio de los inocentes trascendió rápidamente su etiqueta genérica para convertirse en un fenómeno cultural. Su mezcla de thriller psicológico, horror y drama criminal atrapó tanto al público como a la crítica desde su estreno en 1991. Con un presupuesto cercano a los 20 millones de dólares, recaudó alrededor de 275 millones en todo el mundo, convirtiéndose en una de las películas de terror más exitosas de todos los tiempos y en un referente absoluto del thriller moderno.
Hoy, más de tres décadas después, la película sigue siendo una referencia ineludible y la única obra de terror que ha ganado el Oscar a Mejor Película. Su llegada a Netflix confirma su vigencia y permite redescubrir una obra que cambió para siempre la relación entre el terror, el cine de autor y el reconocimiento de la industria de Hollywood.