Es sorprendente como la vida puede dar giros importantes y pone en el camino de algunas personas ciertas ironías que ni en la película con menos credibilidad podrían aparecer. Riza Aziz es productor de cine, y entre sus películas más destacadas se encuentra El lobo de Wall Street, protagonizada por Leonardo DiCaprio y dirigida por Martin Scorsese. Sin embargo, la paradoja viene con los recientes cargos de lavado de dinero que enfrenta el realizador y que podrían dejarlo en condiciones desfavorables, tal como le pasó a Jordan Belfort en el largometraje.
Aziz está acusado de cinco cargos por lavado de dinero que en total ascienden a US$248 millones (M) que provienen de 1Malaysia Development Berhard (1MDB), un fondo soberano económico que ha sido el centro de investigación en varios casos de corrupción y que derivó en la destitución del primer ministro malasio Najib Razak, padrastro del mencionado productor de cine.
El dinero de Riza fue transferido a través de dos cuentas bancarias a la productora del realizador, Red Granite Pictures, y lo utilizó, entre otras cosas, para crear El lobo de Wall Street que a la postre fue nominada para cinco Oscar; también se usaron para comprar bienes y raíces de lujo en Los Ángeles, Nueva York y Londres, así como para producir la película Dumb and Dumber To protagonizada por Jim Carrey.
Pero el problema no recae en la producción como tal, sino en el productor, quien ahora podría ser encarcelado hasta por 25 años. Aziz se declaró no culpable ante los cargos esta mañana cuando acudió a la corte acompañado de su equipo legal. El proceso seguirá el próximo 9 de agosto. Su madre, Rosmah Mansor, también enfrente diversos cargos de corrupción, por lo que la familia entera está en el ojo del huracán.
Recordemos que El lobo de Wall Street fue producida con US$100 M y recaudó US$392 M en taquilla, sin embargo, el reporte de acusaciones señala que fueron invertidos US$155 M, pero hay que señalar que los gastos para promoción son aparte así que estos podrían ascender a la cantidad sobrante del total. Increíble como a veces la realidad imita a la ficción en las formas más paradójicas posibles.