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    'Las brujas': El detalle omitido en la nueva versión y que sí estuvo en la de 1990

    Hay un detalles importante en la versión de 'Las brujas' de 1990 que no se abordó en la película del 2020. De hecho, hay varios, pero ahora es turno de hablar de uno en específico y que tenía que ver con el aspecto de los seres demoniacos.

    La adaptación del 2020 del clásico infantil de Roald Dahl: Las brujas llega finalmente a la pantalla grande. Dirigida por Robert Zemeckis (Náufrago) las comparaciones con la versión de 1990 de Las brujas no han parado, y es que por más de dos generaciones esa película aterrorizó a muchísimos niños, pero el encanto que tiene cada vez que la pasaban por televisión hacía que la misma audiencia la repitiera una y otra vez, volviéndola un clásico entrañable. Muchos seguimos pensando en Erica (Elsie Eide), aquella niña que fue capturada por una bruja en y se quedó atrapada en una pintura de la sala de su casa hasta que envejeció y murió dentro de la obra de arte.

    También es cierto que los ingredientes responsables para causar pesadillas fueron el maquillaje y los atemorizantes prostéticos que utilizaban Anjelica Huston y el aquelarre de aquel entonces; todas calvas, con jorobas y sin dedos en los pies. Incluso, para los más clavados, si se dan una vuelta por la versión noventera podrán notar que muchas de las brujas en la escena de la convención eran en realidad hombres calvos disfrazados. Este último detalle también ocurre con la misma escena en el filme protagonizado por Anne Hathaway.

    Siguiendo con los fun facts, las características físicas que ocultaban las brujas bajo su apariencia de señoras de sociedad vienen señaladas desde la novela y en ambas versiones son prácticamente respetadas, aunque, en la película de Zemeckis hay un detalle en estos seres diabólicos que no es igual a la de los 90.

    'Las brujas': ¿Quién es quién en el reparto de la película del 2020?

    Nos referimos a las pupilas que cambian a color púrpura y que son fáciles de identificar para aquellos que han tenido contacto con alguna bruja y hayan salido victoriosos del encuentro, como el caso de la abuela, quien identifica en la película de Nicolas Roeg a una mucama al verla a los ojos y descubrir lo de sus ojos. Esto sucede en la novela de Dahl, pero no en la versión producida por Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón. Otro detalle curioso es la saliva azul que utilizan incluso para escribir, esto solamente ha quedado en el material original, ya que ninguna de las dos versiones lo retomó.

    Vaya que se tomaron ciertas libertades en la nueva versión y también hay que decirlo: no todas son malas y hay cosas frescas que se inyectan; aun así, entre las consecuencias de hacer un remake de un clásico del cine se encuentran las innumerables comparaciones entre las versiones.

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