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    'Batman: Alma del dragón': Lo bueno y lo malo de la película animada de DC

    'Batman: Alma del dragón' ha estrenado como una nueva integrante de la familia extensa de películas animadas que DC ha estrenado a lo largo de los años y que ahora presenta a un Bruce Wayne más prescindible de lo normal.

    DC nos tiene acostumbrados a lanzar constantes películas animadas sobre sus diferentes personajes, como el caso de hace unos meses de Justice League Dark: Apokolips War o Deathstroke: Caballeros y dragones. Ahora, la experiencia se expande con el lanzamiento de Batman: Alma del dragón (Batman: Soul of the Dragon, título original), un peculiar relato en el que no precisamente Bruce Wayne (voz de David Giuntoli) es el protagonista, sino que es parte del grupo estelar que debe resolver un misterio ambientado en la década de los 70.

    Sam Liu es el director detrás de Batman: Alma del dragón, el mismo cineasta detrás de adaptaciones animadas como Batman: The Killing Joke, Batman: Gotham by Gaslight y otros títulos, por lo que es un viejo conocido para el Justiciero de Ciudad Gótica, pero ahora le da un giro a su nuevo relato, ya que la participación de personajes como Richard Dragon (Mark Dacascos), Shiva (Kelly Hu), Ben Turner (Michael Jai White), entre otros, hacen que Bruce Wayne sea un mero integrante del grupo protagonista, pero no el estelar, algo que resulta extraño.

    Y es que la historia, que incluye patillas y estilos marcados de la década de los 70, se cuenta en dos partes: la primera se sitúa en la actualidad de los protagonistas, quienes deben reunirse para buscar una puerta que encierra un mal antiguo; la segunda etapa es en el pasado, cuando Wayne, quien aún no cicatrizaba la herida del asesinato de sus padres, se integraba a un grupo selecto de estudiantes de un sensei de artes marciales, por lo que de este modo conocemos la importancia de la puerta, una espada especial y la dinámica entre los integrantes del grupo.

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    Batman: Alma del dragón tiene clasificación para adultos, algo que suena grandioso para las escenas, el problema es que no está explotado del todo esta característica. Sí hay momentos de acción interesantes, pero no con los suficientes elementos como para no ser aptos para públicos infantiles, más bien el uso de la sangre (que tampoco es demasiado) hace que lo visto fuera encasillado como una película para mayores de edad.

    El atrevimiento de Batman: Alma del dragón es justo prescindir del protagonismo de Bruce Wayne, un arma de doble filo que los amantes de los personajes de DC podría disfrutar, al ver en pantalla a varios personajes que expanden el universo del superhéroe, pero, por otro lado, los seguidores del Hombre Murciélago podrían quedar decepcionados al no verlo en tantas escenas, de hecho, ni siquiera su identidad secreta es un ingrediente que pesa, así que la responsabilidad de la película recae en hombros de un elenco coral.

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