El 2023 marcó un año importante en la carrera de Taylor Swift, ya que tanto ella como otras mujeres de la industria del entretenimiento entre las que se encuentran Angourie Rice, Reneé Rapp, Auli'i Cravalho y Avantika Vandanapu, quienes le hicieron frente al reboot de Mean Girls en su versión musical con la participación de Tina Fey; Lila Avilés que ganó el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) por Tótem y Emma Stone que sorprendió a millones de espectadores por su desempeño como Bella Baxter en Poor Things, pudieron demostrar que su pasado no las define y que nada se interpondrá entre ellas y la gloria.
Así que en esta línea se debe señalar que si hay algo que enriquece a estas celebridades con una dosis de autenticidad y originalidad, esto es que su destreza artística las vuelve mujeres poderosas, únicas, atrevidas, irreverentes y pioneras que se levantan una y otra vez del piso junto a gran llamarada de fuerza que siempre les impedirá mirar atrás.
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Y es que dado que desde hace centenas de años el dolor y el sufrimiento humano ha recaído en las lágrimas, tristeza y llanto de millones de mujeres como muchas cintas, series y documentales lo reflejan en grandiosas escenas como las de Huesera, Anne With an E, Mujercitas, Midsommar y Feministas en qué estaban pensando, entre otros títulos más, la magia de Taylor Swift radica en que tras volcar su vida a la música, esta al fin le respondió con un éxito sólido y sin precedentes, que surge como producto del gran ingenio que la artista puso en cada una de sus canciones a lo largo de más de 10 años pese a los intentos de otros miembros de la industria por opacarla.
Por lo tanto no es de extrañarnos que entre las confesiones que la cantante hizo en su documental Taylor Swift: Miss Americana de Lana Wilson que recientemente estrenó el documental de Brooke Shields titulado Pretty Baby: La historia de Brooke Shields, encontremos que después de superar el incómodo episodio de Kannye West, (ahora autodenominando Yé) en los MTV Video Awards de 2009, la nueva reina del pop también es una humana cargada de inseguridades, miedos y dolor.
Para refrescarnos la memoria debemos recomendar que todo comenzó cuando Love Story gano un MTV Music Awards a finales de la primera década del 2000, pero en esta ceremonia Kanye West -quien era uno de los hombres más reconocidos e importantes en la industria de la música y el entretenimiento- subió al escenario para quitarle el premio a Swift y declarar que si había una mujer que lo merecía esta era Beyoncé que se encontraba promocionando el video y sencillo de Single Ladies.
Luego, pese a que Beyoncé en ningún momento contradijo la decisión del jurado ni tenía nada personal contra Swift, la actitud de Kannye West terminó eclipsando la victoria de la cantante y por desgracia la mandó a lo más oscuro del olvido para después, junto a su entonces esposa Kim Kardashia, engañar a Taylor Swift y hacer que esta aceptara el uso de su nombre, marca y persona en una canción del rapero en la que se le adjudicaba el haber engrandecido el talento de la joven, así como llamarla "perra", agregar algunas connotaciones sexuales y terminar por gritar a los cuatro vientos que si ella era famosa era porque él decidió darle un empuje mediático dentro de la música y el espectáculo.
Como era de esperar, las grandes celebridades de aquella época le dieron la espalda a la cantante cuando esta dijo que no sabía que West la atacaría así, y aunque las cosas no estuvieron del lado de Taylor por varios años, al final fue el apoyo de sus fans y millones de jóvenes en todo el mundo lo que junto al inquebrantable talento de la compositora, la volvieron a levantar.
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Pero esta historia ya la hemos visto antes, ya que los techos de cristal que las mujeres trabajadoras viven dentro de sus industrias no es solo una cuestión de la farándula, sino un problema que nos aqueja a todas.
En consecuencia a estos actos de traición y abandono, Swift terminó haciendo lo que cualquier mujer herida decidiría y se aisló profundamente del mundo para años regresar como la talentosa chica country que se abrió paso en la industria, y declarar firmemente que las cosas no habían sido como Kanye West y su gente lo mostro, sino que en realidad lo que sucedió en Radio City Music Hall de Nueva York fue un suceso fuera de lugar que pese a zarandearla estrepitosamente, también sirvió para evidenciar la violencia, desprecio, críticas y juicios que viven las mujeres jóvenes que buscan abrirse paso dentro de los cotizados primeros lugares de todas las industrias.
Y aunque el desenlace de esta historia ya lo conocemos, lo que a veces olvidamos mencionar es que más allá de lo emocional, el buen manejo de crisis de Taylor Swift y su comunidad la llevaron a la cima del éxito acumulando, tan solo en las últimas cuatro semanas del 2024 y al momento de publicación de esta nota, 2 millones de seguidores nuevos en redes sociales, que resaltan su potencial, lealtad y entrega absoluta al universo Swift.
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Por otro lado hay que señalar que lejos de los obstáculos de inicio del nuevo milenio, durante la última gira mundial de Taylor, bautizada como The Eras Tour, esta mujer obtuvo una ganancia de 100 millones de dólares tan solo en la proyección de su película homónima, mientras que en taquilla se estima que la cinta ganó una recaudación de 13 millones de dólares en venta de entradas por noche tan solo en Estados Unidos.
La magia de ‘The Eras Tour’
Ahora bien respecto al ambicioso proyecto de la talentosa artista para convertir esta serie de conciertos en un hito para el entretenimiento, basta decir que se requirió de un fuerte vínculo y compromiso entre Taylor Swift y sus seguidores que a lo largo de 146 shows le brindaron toda su euforia y emoción a la creadora de Anti-heroe, August, Cruel Summer y Wilow, llevándola a conseguir un impacto económico bastante significativo que se suma en miles de millones de dólares que siguen en movimiento.
Pero además hay que apuntar que no todo se basa en este show, sino en toda la travesía que Swift enfrentó desde aquel 2009 en donde su futuro parecía comprometido y obstaculizado, pero del que salió triunfante obteniendo ventas de álbumes por hasta más de 200 millones de copias distribuidas a lo largo de su carrera, y obteniendo descargas de al menos 105 millones 562 mil 831 oyentes al mes según los datos de Spotify hasta el 8 de marzo de 2024.
Del mismo modo la también actriz logró que el testimonio de su vida, conciertos, carrera y esta, su Era, fueran proyectados en cines hasta 8 mil 500 veces, haciendo que su marca personal sea una de las más reconocidas en todo el mundo y ahora aquella joven de 20 años que fue intimidada, acosada y censurada por los colegas de su industria ahora sea una mujer que labra su destino y avanza con firmeza hacia los caminos que le pueden ser de utilidad, acumulando una fortuna de 1.1 miles de millones de dólares; además de que al romper silencio que otras celebridades como Natalie Portman y Madonna rompieron, la artista estadounidense revolucionó la forma en que suceden las cosas en la cima del estrellato y -como consecuencia- en las bases de esta gigantesca pirámide económica, ideológica y social en la que toda la humanidad está inmersa.
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Por último como ser mujer significa para Taylor Swift "ser dueña de su propio destino y no conformarse con lo que otros esperan de ella" como lo ha señalad en diversas entrevistas, es más que probable que en las siguientes entregas musicales de la cantante sigamos viéndola alcanzar y jugar por los pasillos y canales de la gloria para que así, como le pasó a ella, todas y todos nos sintamos impulsados a alcanzar esa libertad de ser nosotras mismas sin temor a ser juzgadas, silenciadas o a herir incongruentes susceptibilidades.
¡Larga vida a Taylor Swift!
