En el firmamento de las grandes estrellas de Hollywood, Kevin Costner brilla con luz propia. Actor, director y productor, su carrera ha estado marcada por interpretaciones inolvidables y una presencia magnética en pantalla. Desde el western Silverado, que lo colocó por primera vez en el radar de la crítica, hasta epopeyas como Danza con lobos, con la que ganó el Óscar a Mejor Director y Mejor Película, Costner ha sabido construir una trayectoria sólida entre el drama, la acción y el cine histórico.
Uno de los puntos clave en su ascenso fue Los intocables, dirigida por Brian De Palma, donde compartió escena con leyendas del cine como Robert De Niro y Sean Connery. En esta cinta, ambientada en el Chicago de los años 30 durante la era de la Prohibición, Costner interpretó al incorruptible Eliot Ness, un agente federal empeñado en desmantelar la red criminal del temido Al Capone. Su actuación marcó un antes y un después, consolidándolo como figura central en la industria cinematográfica.
Paramount Pictures
Una fan, una petición inesperada y una estrella en ascenso: la anécdota que Kevin Costner no olvida
Pero incluso en momentos de éxito rotundo, la fama puede ofrecer recordatorios inesperados de humildad. En una entrevista para The Hollywood Reporter, Kevin Costner compartió una anécdota que vivió durante el rodaje de Los intocables, mientras se preparaba para una escena junto a Sean Connery. A sus 32 años, en plena consagración, se encontró con una fan que parecía ansiosa por hablar con él.
“Estábamos en Chicago, listos para filmar una escena. Había una mujer que no dejaba de tratar de llamar mi atención”, recordó el actor de Yellowstone y Horizon. “Yo estaba hablando con alguien más, pero notaba que ella insistía y no desistía. Así que pensé: ‘Está bien, voy a acercarme a ver qué quiere’”. Lo que siguió fue una escena digna de una comedia ligera.
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“Me acerqué a ella, todavía un poco ocupado, y le pregunté: ‘¿Sí?’. Ella me miró directamente y me preguntó: ‘¿Podrías conseguirme un autógrafo de Sean Connery?’”, relató Costner entre risas. “Le dije: ‘Sí, te lo consigo ahora mismo’”. El público que lo escuchaba no pudo contener la risa, y él mismo lo tomó con humor y filosofía.
La anécdota, más allá de su tono simpático, revela mucho del temple de Costner. En lugar de molestarse o sentirse eclipsado por su famoso compañero, comprendió que formar parte de una película con figuras como Connery es también una lección de humildad. Incluso en la cima de la popularidad, la admiración puede estar dirigida a otro, y eso no le resta mérito a su propio camino.