Cuando se trata de los grandes genios del cine contemporáneo, hay nombres que inevitablemente vienen a la cabeza Martin Scorsese, Christopher Nolan, David Fincher, y por supuesto, Quentin Tarantino. Con títulos como Pulp Fiction, Kill Bill, Bastardos sin gloria y Érase una vez en… Hollywood, Tarantino no sólo ha construido una filmografía legendaria, sino un estilo propio que ha marcado generaciones.
Como buen fanático empedernido del séptimo arte, Tarantino es más que un director: es una enciclopedia andante de cine. De hecho, nunca evita ese momento para dar su opinión sobre algo relacionado con Hollywood. Por ejemplo, cuando se le preguntó cuál es, en su opinión, el mejor actor de todos los tiempos, el cineasta no se contuvo y lanzó flores a esta legendaria estrella del cine.
Entre tantas figuras que ha dirigido y admirado, Quentin Tarantino se ha declarado fan total de Robert De Niro. Fue en una entrevista que tuvo lugar en 1998 que el director de Los 8 más odiados confesó, sin rodeos ni dudas que el intérprete de Taxi Driver no tiene comparación. "Se merece su reputación; probablemente sea el mejor actor de su generación. Mientras editaba la película y observaba cada imagen, llegué a la siguiente conclusión: creo que es el mejor actor del mundo", dijo al ver al ícono del cine en acción.
Radiator Heaven
La elección de Tarantino no fue al azar, sino que provino de su experiencia trabajando con De Niro en Jackie Brown, donde lo dirigió por primera vez. El cineasta explicó que la fuerza de De Niro como actor radica en su precisión, su disciplina interpretativa y su capacidad para hacer que todo lo que pasa en escena gire alrededor de él sin necesidad de exageraciones.
Aunque Tarantino ha trabajado con pesos pesados como Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Samuel L. Jackson y Christoph Waltz, su admiración por De Niro es más profunda. El actor originario de Nueva York lleva décadas construyendo una filmografía impresionante, con títulos como Toro salvaje, Buenos muchachos, El padrino II, y más recientemente El irlandés. En cada una, su transformación ha sido absoluta, dándole el alma que requiere cada personaje.
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Puede que para algunos, el mejor actor del mundo sea Daniel Day-Lewis, para otros Marlon Brando, y los más jóvenes podrían poner en esa lista a Christian Bale o Joaquin Phoenix. Pero lo cierto es que la elección de Tarantino tiene todo sentido el sentido del mundo: Robert De Niro no sólo ha sido protagonista de algunos de los mejores momentos del cine, también ha sido una figura que redefinió lo que significa "actuar" en pantalla grande.