Desde sus inicios, las películas de princesas han sido uno de los pilares más reconocibles y exitosos de Disney. Clásicos como Blancanieves y los siete enanos, La Cenicienta y La Bella Durmiente establecieron el modelo tradicional de relatos de hadas protagonizados por jóvenes heroínas, muchas veces acompañadas por un romance y un final feliz. Estos filmes no solo consolidaron el estilo narrativo del estudio, sino que marcaron la infancia de generaciones enteras con su estética, canciones memorables y personajes encantadores.
Décadas después, Disney revitalizó este legado con producciones como La Sirenita, La bella y la bestia y Mulan, que ofrecieron princesas más activas y modernas sin dejar de lado la magia de los cuentos clásicos. Sin embargo, hacia finales de los 2000, el estudio empezó a notar ciertos desafíos comerciales vinculados al género. Aunque La princesa y el sapo, protagonizada por Tiana, fue una apuesta innovadora al incluir una princesa afroamericana y una ambientación en Nueva Orleans, sus resultados en taquilla no cumplieron con las expectativas, especialmente entre los sectores del público masculino.
Walt Disney Animation Studios
¿Por qué Disney evitó llamar ‘Rapunzel’ a ‘Enredados’?
Fue entonces cuando Disney tomó una decisión estratégica: alejarse de los títulos que incluyeran la palabra "princesa" o el nombre de la protagonista. El cambio comenzó con la película originalmente conocida como Rapunzel, que durante el desarrollo también tuvo títulos provisionales como Rapunzel desenredada. Finalmente, el filme se estrenó en 2010 bajo el nombre de Enredados (Tangled, en inglés), una forma de centrar la atención en la dinámica entre Rapunzel (voz de Mandy Moore) y Flynn Rider (Zachary Levi), y de presentar la historia como una aventura para todo tipo de audiencias.
Según explicó Ed Catmull, presidente de Disney en aquel entonces, la intención era no encasillar la película como “un cuento de hadas para niñas”. En declaraciones al Los Angeles Times, afirmó: “No queríamos que nos pusieran en una caja. Algunas personas podrían asumir que es una historia solo para chicas, cuando no es así. Hacemos películas para que sean disfrutadas por todos”. Este cambio de enfoque reflejaba un esfuerzo por romper con los estereotipos de género y alcanzar a un público más amplio, especialmente a los niños, que muchas veces evitaban películas con protagonistas femeninas por considerar que no eran para ellos.
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Enredados, que forma parte del catálogo de Disney+, resultó ser un gran éxito tanto en crítica como en taquilla, lo que confirmó la eficacia de la nueva estrategia. A partir de ahí, Disney adoptó esta fórmula en otras películas que también presentan protagonistas femeninas, pero cuyos títulos evitan mencionar nombres propios o la palabra “princesa”. Así surgieron éxitos como Frozen, centrada en las hermanas Elsa y Anna; Encanto, ambientada en Colombia; y Wish, una historia sobre los orígenes del poder de los deseos en el universo Disney.
No obstante, algunas excepciones notables han surgido con películas como Moana y Raya y el último dragón, cuyos títulos sí incluyen el nombre de sus protagonistas. La diferencia aquí podría deberse al carácter único de esos nombres, poco conocidos fuera de sus contextos culturales, lo que despierta la curiosidad del público en lugar de encasillar la historia en un género específico. Aun así, ambas mantienen el enfoque moderno de una heroína fuerte, sin necesidad de un príncipe o una historia de amor tradicional.