Uno de los cineastas estadounidenses más prolíficos y queridos de los últimos años es David Fincher. Su narrativa es inconfundible, al igual que su control de cámara y particular decisión de escoger historias distintas la una de la otra. Ahora, después de 6 años de ausencia en las películas regresa con un largometraje directamente para Netflix: Mank. No olvidemos que sin el realizador series como House of Cards (una de las primeras series que abrieron la brecha en este mundo digital) y Mindhunter no hubieran sido posibles, así que se puede decir que es un histórico para el servicio.
Mank prácticamente es una cinta biográfica y se podría decir que el más auténtico al compararlos con el resto de su filmografía. La historia se centra en el escritor formado en teatro: Herman J. Mankiewicz (Gary Oldman), conocido en la historia del cine por haber escrito el clásico indiscutible: El ciudadano Kane. Previo a redactar la que sería su obra maestra y en la que imprimió un paralelismo con muchos aspectos de su vida, Fincher rinde un íntimo homenaje a la industria cinematográfica, no sólo al filmarla en blanco y negro, sino en la creación de detalles como manchas en el “celuloide” o hasta ligeros brincos en las tomas, algo que existía en las cintas de aquella época.
El Hollywood clásico, Orson Welles (Tom Burke), el mítico protagonista y director en busca de un guion terminado, el proceso de escritura, la inspiración de los momentos menos esperados de su trayecto, entre muchas otras cosas más conforman a Mank. Herman J. Mankiewicz era conocido en la industria por sus múltiples trabajos, pero su único Oscar tuvo toda una historia previa que se quedó grabada en el subconsciente de muchos cineastas.
El tiempo nombraría su trabajo por ser la mejor película de la historia y en la que mostraba los caprichos de un millonario y su inminente declive inspirado en la vida real de William Randolph Hearst (Charles Dance) mientras un escritor busca el significado de la última palabra que dijo dicho personaje antes de morir. “Rosebud” es el nombre del trineo en el que jugaba cuando era niño, antes de ser arrancado de su hogar por una ambiciosa madre que lo envió a un mundo que sería su perdición.
Fincher habló sobre la impresión que causó en él El ciudadano Kane cuando la vio, ya que su padre Jack Fincher (guionista de Mank) le insistía con vehemencia que lo hiciera. Ambos no sabían que dicha historia desencadenaría un texto que querían llevar a la ficción, pero que muchos problemas traería poder hacerla como requería la visión de ambos:
'Mank': ¿Quién es quién en el reparto de la película de Netflix?“Fue una experiencia de padre e hijo”, reveló el director de Seven y Red social a Fotogramas: “Él me dijo que tenía que verla y fue un alivio para los dos que nos pareciera asombrosa, ya que eso indicaba que ambos estábamos de acuerdo”. Aunque el filme tampoco fue suficiente para poner en marcha el proyecto ahora estrenado en Netflix, muchos años atrás el proceso de creación de Mank, el libro Raising Kane de Pauline Kael explotó en Fincher el redescubrir la película desde muchas aristas e interesarse en el escritor de dicha película. Fue en 1989 cuando inició el tema de Mank con su padre, pero no se podía realizar debido a falta de financiamiento.
Jack Fincher murió en 2003 debido a una larga batalla contra el cáncer, lo cual impidió nuevamente que David acelerara el proyecto. Sin duda, pareciera que todos sus filmes clásicos dirigidos desde la década de los 90 lo llevaron a obtener un solida voz para finalmente poder hacer Mank: “No es un personaje especialmente heroico y con el tiempo te das cuenta que muchas de sus limitaciones se deben a sus retorcidos principios y a su incapacidad de comportarse de acuerdo con el protocolo”, declaró el también director de Perdida y Zodiaco, refiriéndose precisamente al hombre en el que centró la historia y que falleciera 11 años después de recibir su Oscar en 1942.
Al final, hay un diálogo entre Herman J. Mankiewicz, El ciudadano Kane, Orson Welles, David Fincher y su padre; la obsesión va más allá de cualquier recuperación monetaria que, aunque es necesaria, la inspiración radica en contar algo genuino, que tenga fragmentos y momentos representativos de su propia vida y experiencia. David admira profundamente la valentía de Herman y su preocupación para poder escribir algo que estuviera a la altura de lo requerido y todavía darse cuenta de su valor y exigir su crédito.
