SensaCine México
Mi cuenta
David Leitch y Brad Pitt llevan la acción y humor a velocidad extrema
por Liz HernándezFue en 2015 cuando David Leitch, el doble de acción y coordinador de escenas de riesgo, hizo su debut directorial con la aclamada cinta John Wick, protagonizada por Keanu Reeves, pero por alguna razón no fue acreditado como tal. Dos años más tarde, por fin se ganó el título de director con Atómica, un increíble thriller de espías que ponía a Charlize Theron como una doble agente en Berlín durante la guerra fría. Está de más decir que la carrera de Leitch daba pasos grandes para aventurarse nuevamente en Hollywood, y parecía muy prometedor.
Este verano Bullet Train se coronó como uno de los blockbusters más exitosos, siendo una comedia negra del tono de la filmografía de Guy Ritchie y Matthew Vaughn, pero no tan pulida como la de los directores británicos. Brad Pitt no es ajeno al género de acción, y al haber trabajado con Ritchie en la increíble Snatch, cerdos y diamantes, la comedia burda y violenta se siente familiar para él, quien es el elemento central de esta nueva película, y que regresa a colaborar con Leitch tras su cameo en Deadpool 2.
Podría esperarse que Pitt cargue con el liderazgo actoral de la película, pero a pesar de que la carismática estrella hollywoodense se coloca como Ladybug, el protagonista, su encanto no es suficiente para mantener su protagonismo y cae ante los personajes secundarios que se convierten en lo más atractivo de la película gracias a las estupendas actuaciones de Aaron Taylor-Johnson y Brian Tyree Henry, quienes interpretan a Tangerine y Lemon, el par de hermanos matones que trabajan para mafiosos por recompensa.
Parece que Leitch eligió al elenco de su película como una estrategia para enganchar a los espectadores. Pitt se ve reducido a un personaje caricaturesco; Sandra Bullock, la mente detrás de las misiones de Ladybug, de quien sólo escuchamos su voz, jamás aparece en pantalla pero sí que fue mostrada en el tráiler; mientras que Bad Bunny, el famoso cantante puertorriqueño, no es más que la personificación de un estereotipo latino, un narcotraficante al que apodan “El lobo”, que no puede ni enunciar una sola palabra y que es desechado rápidamente.
Sony Pictures
Taylor Johnson y Tyree Henry son un imán dentro de la pantalla. Con experiencia previa en filmes de acción como Kick-Ass y Eternals, la química que tienen los dos actores al interpretar a los gemelos es tan bien dirigida que se transforma en el foco principal. Toda la historia toma lugar dentro de un tren, uno que va a alta velocidad, y es aquí donde Tangerine y Lemon brillan al buscar un maletín misterioso que sirve como la excusa perfecta para desplegar las acertadas secuencias de acción que le dan tanta identidad a la película.
Bullet Train se convirtió en el éxito que fue debido a que cumple a la perfección con lo que vende: un largometraje lleno de acción y secuencias de peleas excelentemente coreografiadas, y no podía esperarse menos de un director que inició su carrera como doble de acción para Jean-Claude Van Damme y el mismo Brad Pitt. La película es entretenida a pesar de caer en lo absurdo de vez en cuando; la violencia llega a ser extrema, pero se ve opacada por los chistes en diálogos que se vuelven repetitivos tras la cuarta vez que se mencionan.
Sony Pictures
Aunque el elenco es uno de los mayores aciertos de la producción, éstos reciben poco tiempo como para ser sustanciales en la trama; probablemente como compensación por las limitaciones del espacio que brinda el guion. Quizás quien más carga la película sobre sus hombros junto a Taylor-Johnson y Tyree Henry es Joey King, la inteligente y astuta Prince, a quien el director decide presentar como una niña astuta, precavida y despiadada, pero que termina retratando de manera erótica y provocativa, sin dejar de lado la mirada masculina.
David Leitch desarrolla su historia de tal manera que el tercer acto se vuelve exhaustivo. La cinta está a nada de terminar y nunca deja de introducir nuevos personajes en ningún momento. Da la impresión de que el director toma a su audiencia como incapaz de entender el final, y se esfuerza por recordar diálogos y explicar las consecuencias de éstos, mostrando elementos clave que ya habían aparecido anteriormente, con el objetivo de desmenuzar el desenlace ante el espectador y arrebatándole la satisfacción de hacerlo él mismo.
Sony Pictures
Si bien Bullet Train no es tan magnífica en la experiencia cinematográfica como otras cintas de acción que se estrenaron este año —Top Gun: Maverick se lleva ese galardón sin pensarlo dos veces—, la cinta del director estadounidense se siente orgánica al diferenciarse de las secuelas que se estrenan mes tras mes y que siempre presenta a los mismos personajes. Podrá no tener un guion increíble, pero detrás del humor tonto y gráfica violencia, su virtud se encuentra en la habilidad de Leitch para hacer bailar a los actores, mientras se aprovecha de su inherente carisma de estrellas.
