Peter Jackson es uno de los directores más reconocidos por haber realizado la trilogía de El Señor de los Anillos a inicios de los 2000. Con Viggo Mortensen, Ian McKellen y Elijah Wood como protagonistas, el cineasta neozelandés mostró a las audiencias el épico mundo creado en una de las obras literarias más trascendentales de la fantasía desde su publicación en la década de los 50.
La trilogía recibió un gran número de estatuillas en los premios Oscar, pero sobre todo se convirtió en un fenómeno cultural aún más grande. Luego de su primera adaptación en 2001, compitiendo las audiencias con Harry Potter y la piedra filosofal, el proyecto épico de Jackson introdujo al público a personajes y escenarios que quizás desconocían, pero que ya habían llegado anteriormente al cine e incluso la radio, con la voz de Ian Holm como Frodo, que posteriormente interpretaría a Bilbo en la versión cinematográfica.
Antes de que el también director de King Kong realizara La comunidad del anillo, la historia fue llevada al cine con un largometraje animado en 1978, pero no tuvo el mismo éxito que su sucesora. J.R.R. Tolkien murió antes de ver dichas adaptaciones, pero impidió que se realizara una película basada en su historia, pues detestó lo que el guionista había hecho con ella. La novela fue publicada en 1954 y 13 años más tarde Stanley Kubrick quiso filmarla con The Beatles como protagonistas, pero al autor no le agradó la propuesta.
Sin embargo, no fue ése el intento de adaptación que más lo molestó, sino el que había hecho Forrest J. Ackerman en 1958, tan solo cuatro años después de publicar su libro. Esto se reveló luego de la publicación de una carta en The Letters of J.R.R. Tolkien, donde se comparte que el escritor estaba seguro de que no quería que dañaran su obra, sobre todo si se trataba de alguien que ni siquiera se molestó en leerla.
Warner Bros. Pictures
En la carta se expresa que Tolkien se encontraba abierto a conocer sobre posibles adaptaciones de El señor de los anillos y tras reunirse con Ackerman, se mostró interesado luego de ver el arte conceptual diseñado para la cinta, pero que luego rechazó la oferta tras leer el guion, pues sintió que era una adaptación descuidada. “No hay evidencia de que hayan entendido ni apreciado de lo que se trata”, fue uno de los comentarios que Tolkien hizo al libreto.
Una de las cosas que más le molestó fue que involucraban magia irrelevante, un mal uso de las Águilas, acción sin sentido; además de que el diseño de los personajes era inadecuado: los orcos tenían picos y plumas, los elfos eran hadas, pero lo peor de todo fue que Balrog hablaba y era risueño. “Tal vez cree que sabe más sobre Balrogs que yo, pero no puede esperar que esté de acuerdo con él”, escribía Tolkien en la carta. ¿Crees que si hubiera visto la trilogía de Peter Jackson le habría agradado?
