“No te preocupes por el dinero”: Bruce Willis renunció al 99% de su salario para trabajar en esta película
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Bruce Willis sorprendió a Hollywood al aceptar un sueldo simbólico por protagonizar una película que consideraba especial. En lugar de los millones que solía ganar, prefirió la experiencia de trabajar con una leyenda del cine.

Bruce Willis se convirtió en una estrella mundial con el estreno de Duro de matar, consolidándose como uno de los actores de acción más icónicos de Hollywood. Sin embargo, después del fenómeno de acción de 1988, en lugar de seguir protagonizando cintas convencionales del género, Willis eligió un camino poco predecible. Sus siguientes proyectos fueron una sátira del mercado financiero como La hoguera de las vanidades y la comedia Mira quién habla, en la que prestó su voz al bebé Mikey.

Incluso luego de consolidar su estatus de estrella con Duro de matar 2 y El último boy scout, el actor continuó aceptando papeles en proyectos más modestos. Su participación en Pulp Fiction es un ejemplo claro de ello: aunque Quentin Tarantino ya era un cineasta reconocido, Willis aceptó trabajar por un sueldo muy inferior a su tarifa habitual, recibiendo apenas 800 mil dólares y un porcentaje de las ganancias. No obstante, la cifra que aceptó por Nobody’s Fool fue todavía más sorprendente.

Paramount Pictures

Cuando Bruce Willis eligió trabajar con una leyenda

La razón detrás de su decisión fue su admiración por Paul Newman, el legendario actor de Butch Cassidy and the Sundance Kid. Nobody’s Fool, una tragicomedia dirigida por Robert Benton, le ofrecía la oportunidad de compartir pantalla con Newman, algo que Willis consideró invaluable. Para ello, estuvo dispuesto a sacrificar casi por completo su salario, priorizando la experiencia sobre la retribución económica.

Benton y Willis ya habían trabajado juntos en Billy Bathgate, un drama de gángsters que resultó un fracaso en taquilla, pero que dejó una gran impresión en el actor. Cuando el director lo contactó para Nobody’s Fool, fue sincero sobre el ajustado presupuesto de la producción. "Esto no es como Billy Bathgate, no tenemos dinero", le dijo. La respuesta de Willis fue inmediata: "No te preocupes por el dinero. Vamos a pasar un buen rato".

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En ese momento, Bruce Willis ganaba un promedio de 15 millones de dólares por película, mientras que el presupuesto total de Nobody’s Fool era de apenas 20 millones. Para poder participar, aceptó un salario de 1,400 dólares semanales, el mínimo establecido por el sindicato de actores, lo que equivalía a solo el uno por ciento de lo que solía cobrar. Sin embargo, lo que perdió en términos económicos lo ganó en una de las experiencias más enriquecedoras de su carrera.

Nobody’s Fool permitió a Willis compartir escenas con Paul Newman, con quien demostró una gran química en pantalla. Curiosamente, esta no era la primera vez que trabajaban juntos: años antes, en 1982, Willis había sido un extra en el drama judicial The Verdict, protagonizado por Newman. Cuando se lo mencionó, el veterano actor se sorprendió, sin recordar que el joven que años después sería una estrella ya había aparecido a su lado.

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