Película de 2 horas y 90 millones de dólares: es una de las mejores películas bélicas de los últimos 20 años
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Aunque pasó desapercibida entre dos de las películas más aclamadas de su protagonista, esta intensa obra sobre la guerra del Golfo ofrece una de las actuaciones más complejas de Jake Gyllenhaal y una visión cruda del conflicto armado.

Jake Gyllenhaal es uno de los actores más versátiles de su generación. Su filmografía transita con soltura entre el drama profundo y el cine comercial, con papeles destacados en películas como Primicia mortal, Prisioneros, Life: Vida inteligente y Okja. Sin embargo, hay un filme en particular que suele quedar fuera de las conversaciones, a pesar de haber ofrecido una de sus actuaciones más intensas y complejas.

Dirigida por Sam Mendes (cineasta británico responsable de Skyfall) y estrenada en 2005, Jarhead: Soldado anónimo se basó en las memorias reales de Anthony Swofford y presentó una visión distinta, incómoda y profundamente humana de la guerra del Golfo. Gyllenhaal interpretó al propio Swofford en una película que costó cerca de 90 millones de dólares y duró poco más de dos horas. Aunque la cinta no fue un fracaso financiero (recaudó más de 97 millones de dólares en todo el mundo), su recepción fue tibia y su impacto en taquilla no cumplió con las expectativas.

Universal Pictures

‘Jarhead’: La olvidada joya bélica que anticipó la desilusión moderna de la guerra

Pese a esto, Jarhead se convirtió con el tiempo en una joya oculta tanto en la carrera de Gyllenhaal como dentro del cine bélico contemporáneo. Lanzada entre dos de sus películas más aclamadas (Secreto en la montaña y Zodiaco), Jarhead pasó desapercibida. No obstante, el retrato que el actor hizo de Swofford fue tan potente y preciso como sus interpretaciones de Jack Twist en el filme de Ang Lee o Robert Graysmith en el thriller de David Fincher, dejando ver a un joven atrapado entre la frustración, la furia y la pérdida de sentido.

A diferencia del típico héroe de guerra cinematográfico, Swofford es un personaje roto y desencantado que nunca entra en combate. El también actor de Animales nocturnos y Velvet Buzzsaw encarna esa rabia silenciosa, esa espera desesperante, ese vacío que sienten los soldados que son entrenados para matar, pero nunca encuentran un enemigo real. “Mi guerra duró cuatro días, cuatro horas y un minuto, y nunca disparé mi rifle”, dice el propio personaje en una frase que resume toda la propuesta de Jarhead.

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La película se distanció de otros relatos bélicos como La caída del halcón negro o Francotirador al mostrar una guerra aburrida, sin gloria ni grandes batallas. Con combates que ocurren fuera de campo y momentos largos de inactividad, Jarhead rechaza el espectáculo visual para centrarse en el desgaste emocional del soldado. Esta apuesta la hizo única, pero también la convirtió en una de las cintas más polémicas del género: muchos espectadores acusaron al filme de ser “aburrido” o “engañoso”, al no cumplir las promesas de su tráiler.

No obstante, Jarhead fue adelantada a su tiempo. En lugar de idealizar el conflicto, lo mostró como lo que muchas veces es: una experiencia sin propósito claro, en la que los soldados se convierten en observadores impotentes del poder militar moderno. En ese sentido, Swofford es más una víctima del sistema que un protagonista clásico. La película no intentó condenar ni glorificar la guerra, sino evidenciar su absurdidad, su inutilidad y sus secuelas psicológicas.

Soldado anónimo
Soldado anónimo
Fecha de estreno 6 de enero de 2006 | 2h 03min
Dirigida por Sam Mendes
Con Jake Gyllenhaal, Scott MacDonald, Peter Sarsgaard
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3,7
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