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    Opinión: Ni la vacuna hará que el periodismo cinematográfico sea el mismo

    La premiere de la película 'Un lugar en silencio 2' cerró una época que no veremos más. Los eventos de prensa cambiaron por los estragos de la pandemia y aunque llegue la vacuna, las adaptaciones que la industria ha hecho quedarán por años.

    El pasado domingo 8 de marzo se debía de llevar a cabo la premiere de Un lugar en silencio 2 en el Rose Theater Atrium de Nueva York. La prensa de varias partes del mundo llevaba días en la ciudad para cubrirla. Antes, el mayor Bill de Blasio había menospreciado el contagio de COVID-19 y pedía a los habitantes seguir con sus vidas normalmente. Pero el sábado 7, un día antes de dicha premiere, el gobernador del estado, Andrew Cuomo, declaró la emergencia en todo el territorio. Urgentemente, el equipo de Paramount tuvo que modificar el venue y la agenda de decenas de personas, incluidos reporteros de todo el mundo, el crew, el director John Krasinski, su protagonista y esposa Emily Blunt, y gran parte del nuevo elenco.

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    Finalmente el evento se mudo a un lugar cercano pero mucho más controlado, un piso desocupado del Time Warner Center en Columbus Circus. Con máximas reglas de seguridad, mucho alcohol en gel y sin un solo fan, se realizó la pasarela con el talento apresurado, lo que resultó en una alfombra roja algo deslucida. Entre los periodistas que estaban en aquel lugar estaba Armando Reyna –productor de De película en W Radio y Los 40–, quien también recuerda la experiencia caótica y el riesgo de haberse quedado ahí varado por tiempo indefinido: "Al otro día tomamos el vuelo de regreso. Al siguiente cerraron Nueva York y nadie entraba o salía de la ciudad". Y ese fue el último evento de promoción de un estreno importante de Hollywood como hasta entonces los conocíamos. No es exagerado decir que, al menos por algún tiempo, no volverán a ser igual.

    Armando Reyna

    Y se contagió en México

    En México el primer caso de COVID-19 fue anunciado el 27 de febrero. Todavía el miércoles 11 de marzo pudimos platicar presencialmente con el productor Jason Reed y la diseñadora de vestuario Bina Daigeler de Mulán en el St. Regis de la Ciudad de México (su estreno estaba programado para el 27). Tres días después inicio la convención de La Mole en el WTC –el mismo fin de semana del controversial Vive Latino–. Tom Welling, Michael Rosenbaum y Erica Durance de Smallville debieron de ser los últimos actores que viajaron para estar en contacto con los fans de nuestro país (foto abajo). Eran tiempos en donde aún no existía Susana Distancia ni había uso obligado de cubrebocas.

    El virus y el miedo se iban esparciendo y los eventos para prensa se fueron posponiendo o cancelando. De un día para el otro, las alfombras rojas y las round tables se prohibieron. Comenzaron los screenings con previa cita y las conferencias con aforo extra limitado. El Festival de Guadalajara, que se aferró contra viento y marea, se pospuso; el evento de la película Amores modernos, planeada en Plaza Carso el martes 24 se canceló, y así fueron cayendo hasta rematar con el cierre de las principales cadenas de cines a partir del 25 de marzo. El parón fue total. La pandemia también nos llegó con toda su fuerza. 

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    Entonces sí nos dimos cuenta que la de por sí complicada labor de organizar y cubrir eventos cambiaría para siempre. Juan Carlos Lazo, exdirector de marketing y exdirector general de 20th Century Fox en México lo vaticinó perfectamente: "No fue un director general, ni un director de mercadotecnia, ES un coronavirus el que está acelerando todo y quien traerá muchos cambios no solamente en la parte de la exhibición, sino en todas las industrias que conocemos". Esto lo dijo en un webinar organizado por ComsCore, uno de los principales puntos de encuentro inmediato con los que respondió la industria. (Ah los webinars, otro símbolo de nuestros tiempos).

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    Con el #QuédateEnCasa, surgió el crecimiento exponencial de las entrevistas digitales que sustituyeron a las presenciales. Es cierto, al principio fue curioso poderte meter en la intimidad de los hogares a través de los lives de Instagram, los zooms y demás formas de contacto digital. A mi me tocó entrevistar a Kennet Branagh por Artemis Fowl y era feliz presumiento el termo del Comandante Bolton de Dunkerque con el que tomaba agua en casa. 

    Pero estas experiencias pronto se volvieron monótonas y hubo quienes se dieron a la tarea de potenciar estas experiencias aún en cuarentena: Warner Bros. por ejemplo, montó un set temático en un balcón del Four Seasons para poder hacer la promoción de Tenet con John David Washington y Elizabeth Debicki; Netflix solicitó que para las entrevistas de La casa de las flores, los periodistas las hicieran con una pared lisa de fondo para mantener un estilo uniforme. Y uno de los extremos más originales fue la creación del avatar de David Lynch para poderle hacer tributo en vivo dentro del Festival Internacional de Cine de Guanajuato. Cruz de Plata y Medalla de la Filmoteca digitales incluidas.

    ¿Ésta nueva normalidad del periodismo cinematográfico se quedará con nosotros? Lazo, quien ahora es director de desarrollo de Alebrije Producciones, opinaba: "Ya los estudios se dieron cuenta de que [los zooms] son sumamente efectivos, que se pueden llegar a todas las audiencias y que se gasta mucho menos que estar gastando en boletos de avión y una serie de cosas".  

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    Pero no sólo se trata del dinero, sino a cuántos se pueden impactar en estos momentos. Gracias a las videollamadas, se puede llegar a más territorios, más medios, más periodistas y por ende a más audiencia. Rocío Chicharro, exgerente de publicity en Disney y fundadora de dosD3, agencia que organiza eventos de prensa de Netflix, Warner Bros, entre otros titanes del entretenimiento opina: “Sí creo que al hacerlos así se están dando cuenta de que es una manera más sencilla y hasta económica para llegar a otros mercados, pero no creo que dejen de hacer junkets físicos en el futuro. Especialmente en el mercado doméstico, o sea los medios de Estados Unidos, y para los países más importantes: países de Europa, México, Argentina y Brasil. Definitivamente es una opción para llegar a otros países de una manera más fácil". Estas son buenas noticias para aquellos que por ser su lejanía, su tamaño o por ser de nicho, no tenían acceso a los pocos lugares físicos que concedían las distribuidoras.

    Eso y, por supuesto, revalorar a los corresponsales en el extranjero. De repente su papel en una redacción será mucho más importante si hay restricciones al viajar de país en país. 

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