Pocas veces se habla de una posesión demoníaca con una niña como huésped. Con sólo pensarlo se nos pone la piel chinita y, aunque sea difícil imaginarlo, surgieron reportes de una supuesta posesión infantil en el estado de Durango durante los años 80. A diferencia de otros casos, la información sigue siendo escasa, algunos involucrados perdieron la vida y la casa en la que esto sucedió ahora está en ruinas, esta es la historia que aborda Karem: La posesión, película dirigida por Henry Bedwell (Más negro que la noche).
Esta combinación de factores fue lo que atrajo al director de la cinta, en especial cuando se enteró que la niña del caso, Karem, no quería deshacerse del demonio que yacía dentro de su cuerpo. ¿La razón? Le daba poderes sobrenaturales con los cuales podía manipular a su placer a cualquier persona. Fue así como las masacres comenzaron.
La película protagonizada por Dominika Paleta, Daniel Martínez, Miranda Kay y Raquel Rodríguez no es la primera en mostrar cómo el huésped termina fusionándose con la entidad demoníaca a tal grado de querer mantener su vínculo.
Un ejemplo es Ruega por nosotros de Evan Spiliotopoulos, historia que muestra cómo un tenebroso ser se apodera del cuerpo de Alice (Cricket Brown), una niña con discapacidad auditiva, quien supuestamente recibió la visita de la Virgen María. Después de esto comenzó a manifestar la habilidad de curar cualquier padecimiento que tuvieran las personas, eran milagros a simple vista. Claro que la pequeña estaba bajo el control de un demonio, pero en esencia, tampoco quería perder sus habilidades.
¿Recuerdas La profecía? Esta película de 1976 también puso sobre la mesa el mismo planteamiento: un niño con una tenebrosa conexión y que termina asesinando a diestra y siniestra, ¿se trataba del anticristo?. Y no podemos dejar de lado El pueblo de los malditos, cinta de John Carpenter que nos hizo brincar de miedo, especialmente por el grupo de niños que tienen poderes de control mental mientras sus ojos cambian de color.
Aunque en la mayoría de historias sobre posesiones infernales nos dejan claro que esto es una experiencia repleta de agonía, Karem: La posesión da muestra que no es una regla definitiva e incluso, a pesar de tratarse de una inocente niña, ella prefería mantener sus poderes en vez de ser alguien común y corriente.