A dos décadas de que finalizó la trilogía de El Señor de los Anillos con Elijah Wood, las películas continúan siendo tan relevantes como a inicios del nuevo milenio. Las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson dejaron un legado cultural que será muy difícil de derrocar y que probablemente jamás dejará de ser catalogada como la mejor trilogía de películas en la historia del cine. Podríamos llamarlo un fenómeno que quizás no se vuelva a repetir y es por eso que los actores del elenco recuerdan su experiencia en el set con gran cariño, a excepción de uno.
Orlando Bloom, Ian McKellen, Liv Tyler y todos los demás intérpretes que hicieron realidad la adaptación de la obra de J.R.R. Tolkien se nombraron muy suertudos de pertenecer a una producción tan legendaria como ella, pero hubo un actor que consideró su paso por los rodajes como una verdadera pesadilla. ¿Quién podría odiar aparecer en El Señor de los Anillos? Se trata de John Rhys-Davies, quien le dio vida al gruñón enano Gimli.
Lo vimos por primera vez en La comunidad del anillo, pero jamás nos habríamos imaginado que interpretar al icónico personaje sería tan duro para él. Como parte del material exclusivo que se integró en la edición física de la película, el actor británico reveló que todos sus malestares en el set se debían a los prostéticos que debía usar en el rostro para caracterizarse como Gimli y le lastimaban la piel, haciéndolo sentir incómodo y orillándolo a apartarse de sus demás compañeros de actuación.
Wood compartió que el acostumbrarse al maquillaje le llevó cuatro días, mientras que Sean Astin, quien interpreta a Sam, declaró que las prótesis, el pegamento y el plástico le estaban carcomiendo la piel, por lo que él mismo se encerraba y prefería no pasar tiempo con los otros. “Me dejó tan desfigurado que me aislé, me volví paranoico y muy solo”, agregó, "Ya no quería salir más, ni a cenar con los demás. Quería estar solo, me avergonzaba la cara. Y lo mejor de actuar para mí es estar con otras personas”.
Warner Bros. Pictures
John Rhys-Davies declaró que él veía cómo Astin y Viggo Mortensen salían a cenar y disfrutaban de su tiempo libre entre escenas, mientras que él envidiaba la camaradería desde lejos. “Sólo había una persona que no encajaba: ¡ese enano paranoico que no tenía piel alrededor de los ojos! Nunca me sentí tan avergonzado como durante esta producción”, concluyó. ¿Conocías la enorme tortura por la que vivió a lo largo de tres películas?
Jamás nos hubiéramos imaginado que interpretar a Gimli fuera tan complejo, sobre todo por el arduo proceso de caracterización al que fue sometido. Ahora cada que lo veas en pantalla recordarás el doloroso procedimiento que era necesario para que el enano luciera como también lo hizo en Las dos torres y El retorno del rey.
