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    Supe quién era hasta los 18 y fue gracias a 'Grey's Anatomy': una mirada a la importancia del cine y las series LGBT+

    El director del Festival Cuórum de diversidad sexual, HerNameisFer y la diseñadora de Sensacine Mx dialogan sobre la poca representación de la comunidad LGBT+ y recalcan la importancia de producciones de diversidad dignas para los mexicanos.

     Daniela no sabía quién era hasta que tuvo casi 18 años. No se sentía identificada con los personajes lésbicos del cine o de la televisión porque ella no encajaba en el clásico estereotipo de la chica masculinizada que siente atracción por otras mujeres y eso detonaba una voz en su cabeza que le decía que tal vez estaba confundida, que era una etapa de la adolescencia y tal vez cambiaría después; a lo mejor se estaba comprando ideas.

    "Tenía 17 años y fue con Grey’s Anatomy", Daniela ríe un poco apenada por asegurar que una telenovela estadounidense confirmó su orientación sexual. "El personaje de Callie (Sara Ramírez) tenía una relación con un hombre y de la nada llega Arizona (Jessica Capshaw) y las dos terminan en una relación. El shock para mí fue que Arizona era súper femenina, todos los rasgos que se supone no van con una lesbiana, de acuerdo con el estereotipo, estaban ahí y mi mente entonces empezó a hacer clic".

    Hasta ese entonces Daniela, hoy la diseñadora editorial de Sensacine México, solo había encontrado personajes estereotipados que no representaban la realidad de una mujer lesbiana y, en lugar de ayudarle a entender su mente, la revolvían más. El riesgo del cine y la televisión que confunden la inclusión con la representación aún es un peligro latente y deberíamos estar exigiendo mejores resultados, según Antonio H. Álvarez, director del Festival Cuórum:

    "Hoy por hoy, hacer cine ya es algo político, aun sea comercial. Sin duda tenemos que exigir mucha mejor representación no solamente en temas de diversidad sexo-genérica, sino también con la comunidad trans, con personas con discapacidad, personas en el espectro del autismo. Tenemos que preguntarnos cómo están siendo representadas por el cine y la televisión", afirma el director del Festival Cuórum, nacido como una sección sobre cine de diversidad sexual en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) pero que, desde hace cuatro años, se convirtió en un encuentro cinematográfico independiente en la capital michoacana.

    Si el cine comercial hollywoodense ha fallado en comprender las diferencias entre inclusión y representación, el mexicano parece estar estancado. Para Fer Ramírez, colaboradora de Fuera de Foco y creadora de contenido digital, cuyo alias en redes sociales es HerNameisFer y que se define como bisexual lesboromántica, México no ha evolucionado del todo y pone como prueba a "estas comedias románticas que lanza Videocine. Por lo general los personajes LGBT+ si bien sí tienen presencia, son siempre sidekicks [personajes de acompañamiento]: no tienen un rol más allá de ser justamente el mejor amigo gay".

    Si el cine y la televisión nacional parecen haberle dado la espalda a la comunidad es porque "algo que le importa mucho a la industria mexicana en cine y televisión es el tema de los números: no van a empezar a pegarle a una audiencia que les ha sido fiel durante 40 años para traer algo nuevo a jóvenes de 20 o 30 años", subraya Fernanda.

    Aunque nuestro cine comercial mexicano y sus historias parezcan haber viajado en una máquina del tiempo a los 90, hay una parte de la cinematografía nacional que ha puesto empeño en contar historias que sobrepasen la inclusión par dar paso a narraciones honestas y complejas. Por ejemplo, este año llegó a salas de cine la Muestra de cine del orgullo LGBT en Cine Tonalá (de la que Cuórum fue parte) que incluía películas y documentales como Cosas que no hacemos, de Bruno Santamaría; Canción de invierno, de Silvana Lázaro, entre otras. Y, por supuesto, no podemos olvidar producciones nacionales de años pasados como Sueño en otro idioma, de Ernesto Contreras, o Te prometo anarquía de Julián Hernández. 

    No obstante, el camino para la gestación y exposición de estas cintas nunca ha sido tema sencillo y para Antonio H. Álvarez es la consecuencia de lo difícil que es hacer cine en México, pero en especial afirma que "el cine LGBT en México pasa por un tema de falta de visibilidad porque hay muchos grupos conservadores, hay una agenda que no te permite hablar de ciertos temas que son incómodos para la iglesia católica, para el gobierno de ciertos estados o lo que sea…".

    El resultado es que personas como Daniela deben surcar entre propuestas vacías de la cartelera –y ahora también del streaming– para encontrar representación digna en el séptimo arte. Y aunque los festivales y las producciones valiosas estén ahí, el público desiste en su búsqueda; el puente se quiebra y esas dos partes rara vez se unen.

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    "El cine que está llegando a Curórum tiene que ver con una necesidad de activarnos política y culturalmente en momentos en los que no hay apoyos para el cine o que se están transformando; en momentos en los que hay una hegemonía de cine queer muy heteronormado y en el que, si apelas a cierto tipo de cine, te van a mostrar en cierto festival, pero si eres más incómodo pues búscate otro espacio", concluyó Antonio H. Álvarez, quien comenzara su carrera como programador en el FICM hace unos años.

    ¿Y LA REPRESENTACIÓN EN LA CULTURA POP?

    El cine y los productos audiovisuales LGBT+ aún resultan incómodos no solo para espectadores con sesgos generacionales, sino para quienes están dentro de la misma industria del entretenimiento.

    Uno de los escándalos más recientes en la meca de Hollywood fueron las declaraciones de Anthony Mackie. El actor que interpreta al nuevo –y primer afroamericano– Capitán América, mostró su descontento hacia las sospechas de un romance entre Bucky Barnes (Sebastian Stan) y Sam Wilson en Falcon y el Soldado del invierno, una de las series de Disney + pertenecientes a la cuarta fase del Universo cinematográfico de Marvel (MCU por sus siglas en inglés).

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    Según Mackie, la homosexualidad ha sido trastocada y explotada por personas que quieren volverse "relevantes y racionales", además señaló que extraña los tiempos en que "solía ser que los chicos podían ser amigos, podíamos pasar el rato, y fue genial. […] Ya no puedes hacer eso, porque algo tan puro y hermoso como la homosexualidad ha sido explotado por personas que están tratando de racionalizarse a sí mismas".

    Los señalamientos de Mackie le ganaron un boleto directo al salón de las cancelaciones, y las redes sociales se volcaron en contra de la figura que había simbolizado el progreso del MCU en su momento. Sin embargo, hay quienes aseguran que el actor tan solo es un chivo expiatorio de los que se niegan a responder cuestionamientos: los productores de Marvel.

    James Whitbrook escribió para Gizmodo que los fanáticos tenían todo el derecho a estar enojados porque "la respuesta es quizás torpe en el mejor de los casos y, en el peor de los casos, desdeña la preocupación genuina y la decepción del público", pero conjeturó que no es exactamente Mackie quien debería dar la cara por la falta de representación de la comunidad LGBTTTIQA+ en la casa de los superhéroes. 

    Whitbrook tal vez olvida que Marvel no está precisamente intencionado a satisfacer los gustos de adultos jóvenes, sino que sus productos llegan a un público mucho más diverso, principalmente audiencias infantiles, nicho que, claramente, desconoce sobre la jerarquía en las producciones que ve mientras come palomitas junto a sus papás en un fin de semana de películas y series, cuyos modelos a seguir no son los productores, sino sus ídolos e ídolas del cine o la tv.

    "Está bien que se preocupen por los superhéroes de color, así como en su momento se preocuparon por traer a una superheroína que tuviera su propia película [Capitana Marvel]. De la misma forma deben preocuparse por tener un héroe o superheroína que sea parte de la comunidad", reclama Daniela.

    Tanto Fernanda como Daniela comparten la misma postura: es importante la representación de la comunidad LGBTTTIQA+ en la cultura pop y lo peor es que Marvel continúa construyendo con tibieza nuevas fases para su multiverso. "Hay una gran responsabilidad cuando estás adaptando un cómic que tiene personajes con los que miembros de la comunidad LGBT se reflejan”, asegura por su parte Fer Ramírez, quien se muestra emocionada por la posible apertura que se podría retomar a raíz de la declaración de Loki (Tom Hiddleston) como género fluido.

    La tibieza con la que esta maquinaria actúa podría ser consecuencia también de la respuesta incendiaria en redes sociales cada que se intenta traer a colación estas conversaciones en productos de entretenimiento masivos; una parte de los espectadores está satisfecho, mientras que otra (profundamente homofóbica) se siente invadida y atacada al ver trastocados a superhéroes cuya construcción había sido masculina durante mucho tiempo. 

    La esperanza muere al último, pero la tropa gay primero. Décadas de estigmatización nos han demostrado que las narrativas del cine tienden a asociar a los personajes de la comunidad con el sufrimiento y la muerte, tanto que durante un periodo fue común que la gente googleara si era verdad que las personas LGBT+ morían simplemente por serlo, esto según el canal de Youtube The Take, especializado en videoensayos sobre la cultura pop.

    En el peor de los casos, Loki tendría sus cinco minutos de gloria para después desaparecer del MCU por completo. Pero la colaboradora de Fuera de foco opina lo contrario: "Loki ha estado juntando un gran fan base por 10 años y es un gran paso. En cierta forma le estás dando esperanza a una comunidad de que ya va a existir una representación más grande".

    La suerte está echada y parece que uno de los monstruos del cine comercial de Hollywood estaría entrando en una etapa de resplandor, pero (siempre hay un pero) la amenaza del queerbaiting no desaparece, sino que aumenta. En su intento por cargar la bandera de la inclusión, Disney ha tenido un desempeño desastroso: la primera pareja lésbica apareció fuera de foco en Star Wars: El ascenso de Skywalker y los personajes LGBT en sus películas reconocen su orientación en diálogos huecos a los que jamás se les vuelve a prestar atención dentro del libreto, como ocurrió en Unidos.

    Recientemente, Gaby Meza, crítica de cine y fundadora de Fuera de foco, articuló en su columna de Forbes que la representación y diversidad de esta comunidad [LGBT+] en los medios "está completamente en pañales". Apuntó a que la meta no es "tener a más personajes 'gays, trans, lesbianas, asexuales', no es una cuestión de cantidad, si no de calidad en su construcción. De nada sirve tener representación si ésta es vacía, superficial y estereotipada".

    Tenemos claro que Marvel no el único producto de la cultura pop, pero sí es el gran monstruo que la ha moldeado durante los últimos 10 años. Si bien existen series como Euphoria o Sex Education o cintas Retrato de una mujer en llamas o The world to come que se atreven a desafiar los estereotipos sexuales y plasmar una visión más abierta en conversaciones sobre diversidad sexo-genérica, no parecen ser suficientes para los tiempos en los que vivimos

    Sea en el cine nacional comercial o independiente, o en los productos de Hollywood, la comunidad LGBTTTIQA+ debe verse reflejada mucho más y de manera honesta porque, a final de cuentas, el séptimo arte –y las Artes en general– han servido a las personas como acompañamiento cuando parece que nadie más las ha entendido.

    Porque, aunque los grandes productores aún no lo comprendan, sus historias tienen impacto en niños, niñas y niñes que están en desarrollo, que intentan encontrar su lugar en el mundo a través de historias en las que buscan ser nombrados a tiempo para no dejar pasar 18 años antes de reconocerse a sí mismos como Daniela.

    Para aquellos hacedores de cine y entretenimiento, solo quedaría compartir el testimonio de la mujer que se encontró gracias al producto más improbable de entretenimiento: "El cine es un refugio para las personas, películas de la comunidad te pueden ayudar muchísimo a entenderte, son una gran herramienta para las personas que, como yo, no tuvieron a alguien que nos dijera que no era necesario ser heterosexual. Si no tienes un apoyo presente, el cine lo puede ser".

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