Antes de la nueva película de Guillermo del Toro, esta fue la primera adaptación de ‘Frankenstein’ que deberías ver
Luis Fernando Galván
Interesado en las religiones del mundo y especialista en arte sacro medieval, mis géneros favoritos son las épicas de fantasía al estilo 'El señor de los anillos', 'Valhalla Rising' y 'El caballero verde', así como el terror religioso de 'El exorcista', 'Saint Maud' y '30 monedas'.

Antes de los monstruos góticos de Hollywood y de la nueva visión del aclamado director mexicano, un filme perdido del siglo XX ya exploraba los límites de la creación humana. Así nació el primer Frankenstein del cine, obra de Thomas Edison.

En 1818, inspirada en el antiguo mito de Prometeo, una joven llamada Mary Shelley publicó una novela que transformaría para siempre la literatura y el cine. Frankenstein no solo dio origen al mito del científico que desafía los límites de la creación, sino que también inauguró un nuevo territorio para la imaginación: el de la ciencia como fuente de terror y reflexión moral. El relato de Victor Frankenstein y su criatura no era solo una advertencia sobre los excesos del conocimiento, sino también una profunda meditación sobre la soledad, la paternidad y la ambición humana.

Frankenstein
Frankenstein
Fecha de estreno 23 de octubre de 2025 | 2h 30min
Dirigida por Guillermo del Toro
Con Oscar Isaac, Jacob Elordi, Mia Goth
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3,4
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4,0
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Las múltiples vidas de Frankenstein en la historia del cine

Con el paso del tiempo, Frankenstein ha sido reinterpretado por distintas generaciones de cineastas, adaptándose a los temores y obsesiones de cada época. Desde el clásico de 1931 dirigido por James Whale, con la icónica interpretación de Boris Karloff, hasta la versión gótica y barroca de Kenneth Branagh en 1994, el mito ha mutado constantemente. Otros filmes como Victor Frankenstein con James McAvoy y Daniel Radcliffe, o incluso lecturas más libres como La novia de Frankenstein, han explorado la dualidad entre creador y criatura con enfoques cada vez más psicológicos y filosóficos.

Ahora, con el inminente estreno de Frankenstein de Guillermo del Toro (que llegará a algunas salas el 24 de octubre) el mito promete renacer una vez más. El director mexicano, conocido por su fascinación por los monstruos y las almas marginadas, prepara una versión que, según ha adelantado, buscará captar la sensibilidad trágica de Shelley más que su costado terrorífico. Antes de esta esperada reinterpretación, sin embargo, existe una versión olvidada que merece ser recuperada.

Edison Manufacturing Company

La olvidada película de 1910 que dio origen al mito del Frankenstein cinematográfico

Dirigida por J. Searle Dawley y supervisada por Thomas Edison, la versión de 1910 es una pieza fundacional tanto para el cine de terror como para la historia de las adaptaciones literarias. Con una duración de apenas 13 minutos, la película narra los experimentos de un joven Victor Frankenstein que, tras dos años de estudio, logra descubrir el “misterio de la vida”. Movido por la ambición de crear al ser humano perfecto, da vida a una criatura grotesca y monstruosa que, en lugar de colmarlo de orgullo, lo llena de horror y arrepentimiento.

Lejos de ser una transposición literal de la novela, esta adaptación combina elementos de Shelley con influencias de El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde. Dawley introdujo recursos visuales inéditos para su tiempo, experimentando con trucos ópticos y efectos especiales que simulaban la creación del monstruo, en una secuencia que aún hoy resulta sorprendente. La escena del nacimiento de la criatura, en particular, se considera una de las más ingeniosas del cine silente temprano.

Edison Manufacturing Company

Una joya muda que equilibra el horror y la moralidad victoriana

El contexto de producción también es relevante. Edison Studios buscaba contrarrestar las críticas morales que empezaban a caer sobre el nuevo medio cinematográfico. Ante el temor de que las películas fomentaran la inmoralidad, Edison ordenó que las obras de su compañía tuvieran un tono “moral y edificante”. En ese sentido, Frankenstein fue presentada con una advertencia al público: se habían eliminado todas las escenas que pudieran resultar “repulsivas”, priorizando los aspectos psicológicos y espirituales del relato. Así, la película evitó mostrar la violencia explícita y enfatizó la lucha interior del protagonista.

Más que una historia de terror, esta primera versión es un estudio sobre la conciencia y el remordimiento. La criatura, lejos de ser un simple monstruo, aparece como una manifestación física de la culpa de su creador, un eco visual del propio Victor Frankenstein. En la escena final, cuando el científico se enfrenta al reflejo del monstruo en el espejo, la película alcanza un tono simbólico y casi metafísico: el creador y la creación se funden, revelando que el verdadero horror nace del interior del hombre.

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