En 1995, Pixar revolucionó el cine animado con Toy Story, la primera película completamente realizada por computadora. Dirigida por John Lasseter y con las voces de Tom Hanks y Tim Allen, el filme no solo dio inicio a una de las franquicias más queridas del cine, sino que también abrió un nuevo camino estético y narrativo para la animación. Sus personajes entrañables, su historia sobre la amistad y su innovador estilo visual marcaron un antes y un después en la industria.
Con casi 30 años de existencia, Toy Story sigue siendo la obra más representativa de Pixar. La película consolidó al estudio como sinónimo de calidad y creatividad, sentó las bases de la animación digital moderna y se convirtió en un símbolo de nostalgia para generaciones enteras. Sus secuelas ampliaron el universo y exploraron temas cada vez más complejos, lo que reforzó la reputación de la saga como una de las más influyentes del cine contemporáneo.
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Toy Story cumple 30 años y recordamos su homenaje a este icónico filme de terror
Más allá de su ternura y mensajes familiares, Toy Story también esconde un lenguaje secreto para los cinéfilos: una serie de homenajes a clásicos del cine. El más sorprendente es el que conecta con el terror, un género que pareciera distante del espíritu de Pixar. Sin embargo, entre los detalles escondidos en sus escenas hay claras referencias a una de las películas más perturbadoras de todos los tiempos: El resplandor de Stanley Kubrick.
El ejemplo más evidente aparece en la casa de Sid, el niño que se divierte torturando juguetes. El diseño de la alfombra es prácticamente idéntico al que aparece en los pasillos del Hotel Overlook, donde Danny (Danny Loyd) recorre en triciclo los interminables corredores en la cinta de Kubrick. Este patrón, cargado de geometría hipnótica, transmite una sensación de inquietud que encaja perfectamente una de las secuencias más angustiantes de Toy Story.
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La comparación no es casual. Tal como Danny y Wendy (Shelley Duvall) intentaban escapar de Jack Torrance (Jack Nicholson) en un laberinto de horror, Woody y Buzz buscan sobrevivir al caos de la casa de Sid, un lugar donde el peligro acecha en cada esquina. Para los fanáticos de El resplandor, este guiño funciona como una señal inmediata de tensión y terror, que transforma lo que parecía una simple aventura infantil en un juego de espejos cinematográficos.
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Otros homenajes a ‘El resplandor’ en la franquicia de ‘Toy Story’
El responsable directo de estos detalles es Lee Unkrich, editor de la primera película y posteriormente director de Toy Story 3. Fascinado por la obra de Kubrick, Unkrich se encargó de introducir múltiples alusiones a El resplandor en cada entrega de la saga. Su obsesión con la obra de 1980 es tal que ha dedicado años a analizarla en profundidad, incluso participando en el documental Room 237, centrado en las teorías que rodean la película.
Las referencias no se detienen en la alfombra de Sid. En Toy Story 3, por ejemplo, el número 237 (clave en El resplandor) aparece en las cámaras del centro de cuidado infantil. Incluso la música de ciertas secuencias adopta recursos sonoros inquietantes, similares a los de la partitura de Kubrick. Y en Toy Story 4, un muñeco pronuncia un “Here’s Benson!” que remite directamente al célebre “Here’s Johnny!” de Jack Nicholson.