La película de Disney considerada una joya fue repudiada por muchos años y ahora es un clásico inolvidable
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Aunque hoy es considerada una de las películas más creativas y fascinantes de Disney, fue recibida con frialdad por el público y la crítica. Su camino hacia el reconocimiento fue largo, polémico y, por momentos, completamente inesperado.

Cuando hablamos de los clásicos de Disney que marcaron a generaciones enteras, pensamos de inmediato en títulos como Blancanieves y los siete enanos, La cenicienta, La bella durmiente, Peter Pan o La dama y el vagabundo. Estas películas consolidaron el estilo y la identidad del estudio a través de su música, su animación y sus personajes memorables. Sin embargo, no todos los largometrajes de la compañía gozaron de aceptación inmediata. Un ejemplo paradigmático es Alicia en el país de las maravillas, hoy considerada una joya de la animación, pero que en su momento fue duramente rechazada por el público y la crítica.

Basada en el célebre libro de Lewis Carroll y dirigida por Hamilton Luske, Wilfred Jackson y Clyde Geronomi, Alicia en el país de las maravillas narra la historia de una niña curiosa que sigue a un conejo blanco y se adentra en un mundo repleto de lógica absurda, criaturas excéntricas y leyes que se rompen a cada instante. A lo largo de su recorrido por el País de las Maravillas, Alicia se transforma física y emocionalmente, y se enfrenta a desafíos que parecen sacados de un sueño o una pesadilla. Desde el Sombrerero Loco hasta el Gato de Cheshire, cada personaje aporta una dosis de locura y profundidad a esta historia visualmente deslumbrante. No obstante, a pesar del cuidado y el talento volcados en la producción, su camino hacia el reconocimiento fue largo y tortuoso.

Walt Disney Animation Studios

Psicodelia, controversia y redención: la historia detrás de ‘Alicia en el país de las maravillas’

Walt Disney tenía en mente adaptar la obra de Carroll desde sus primeros años como animador. De hecho, en 1923 llegó a producir un piloto que mezclaba animación con live-action. Tras el éxito de Blancanieves, el estudio quiso mantener el impulso creativo, por lo que en 1940 comenzaron oficialmente la producción de Alicia en el país de las maravillas. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial interrumpió los planes: el Banco de América limitó los recursos del estudio y exigió que solo se realizaran contenidos educativos. Aunque el proyecto se retomó años después, enfrentó nuevos desafíos, desde cambios en el enfoque hasta una batalla legal con un director británico que también adaptaba la historia.

Cuando el estreno finalmente se concretó en 1951, la expectativa era alta, pero el resultado decepcionante. A pesar de una agresiva campaña promocional que incluyó un especial televisivo (One Hour in Wonderland, patrocinado por Coca-Cola) y un detrás de cámaras titulado Operation: Wonderland, la película fracasó en taquilla. Las críticas se centraron en su ritmo irregular y su alejamiento del tono oscuro y satírico de la obra original. Con un presupuesto de tres millones de dólares, la película apenas recaudó 2.4 millones en Estados Unidos, lo que llevó a Disney a considerarla un fracaso rotundo.

Walt Disney Animation Studios

Lo que parecía ser el fin del camino para Alicia en el país de las maravillas dio un giro inesperado en los años setenta. Universidades estadounidenses comenzaron a proyectar la película en campus universitarios, y para sorpresa del estudio, se convirtió en un fenómeno contracultural. Jóvenes influenciados por la psicodelia redescubrieron la película y la utilizaron como una herramienta de exploración sensorial. Disney, siempre atento a las oportunidades comerciales, aprovechó esta nueva ola de popularidad y relanzó la película en 1974 con una campaña que apelaba directamente al público juvenil, incluso utilizando la canción "White Rabbit" de Jefferson Airplane en su promoción radial.

Este relanzamiento fue un éxito total. Alicia en el país de las maravillas se convirtió en un título de culto, y su estética surrealista empezó a ser revalorada no solo como entretenimiento infantil, sino como una obra de arte animado que capturaba un estado mental más que una narrativa convencional. En 1981, Disney reestrenó la película nuevamente, consolidando su estatus como clásico e impulsando sus ventas en formato doméstico. Aunque para algunos resultó polémico que Disney capitalizara una tendencia ligada al consumo de drogas recreativas, lo cierto es que la historia de Carroll, llena de simbolismo y ambigüedad, había hallado finalmente a su audiencia.

Alicia en el País de las Maravillas
Alicia en el País de las Maravillas
Fecha de estreno 1 de enero de 1962 | 1h 13min
Dirigida por Hamilton Luske, Wilfred Jackson, Clyde Geronomi
Con Kathryn Beaumont, Ed Wynn, Richard Haydn
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3,6
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