Esta película de ciencia ficción es una obra maestra sobre los viajes en el tiempo: dejó huella en toda una generación hace 30 años
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Su enfoque arriesgado sobre los viajes en el tiempo, su poderosa reflexión sobre el destino y su estilo visual inconfundible mantienen vigente, en la memoria de varias generaciones, a este increíble filme.

El cine de ciencia ficción ha encontrado en los viajes en el tiempo una de sus vertientes más fascinantes, capaz de jugar con la imaginación, el destino y la fragilidad de la condición humana. Obras como Donnie Darko, Primer, Volver al futuro y La máquina del tiempo marcaron distintos momentos en la historia del género, mostrando que alterar el pasado o vislumbrar el futuro siempre genera un dilema que trasciende lo narrativo para interpelar directamente al espectador.

En los últimos años, directores de gran renombre han retomado con fuerza esta temática, expandiendo sus posibilidades estéticas y filosóficas. Arrival de Denis Villeneuve exploró el lenguaje como puente entre dimensiones temporales, mientras Interstellar de Christopher Nolan combinó ciencia y emoción para hablar de la relatividad del tiempo. Estas películas reafirman que la ciencia ficción no solo entretiene, sino que también abre reflexiones sobre la existencia y el destino.

12 monos
12 monos
Fecha de estreno 12 de abril de 1996 | 2h 10min
Dirigida por Terry Gilliam
Con Bruce Willis, Madeleine Stowe, Christopher Plummer
Medios
4,3
Usuarios
3,4

Paradojas temporales y narrativa compleja: cómo ‘12 Monos’ desafía la percepción del tiempo

En este marco, resulta imposible no detenerse en 12 Monos, la película dirigida por Terry Gilliam en 1995, que este año cumple tres décadas desde su estreno. Con una mezcla entre ciencia ficción, thriller psicológico y drama apocalíptico, el filme narra la historia de James Cole, interpretado por Bruce Willis, un prisionero del futuro que es enviado al pasado para descubrir el origen de un virus que ha devastado a la humanidad. La misión, aparentemente clara, se convierte en un laberinto de percepciones donde el espectador duda constantemente entre la locura y la verdad.

Universal Pictures

El relato alterna entre un futuro devastado y las cotidianidades de los años noventa, estableciendo un contraste poderoso que realza la desesperanza de la humanidad. Gilliam construye una narrativa que juega con la incertidumbre y la paranoia, invitando al público a cuestionar si el destino puede realmente ser cambiado o si cada intento de modificarlo está condenado al fracaso. Esa tensión existencial convierte a 12 Monos en una obra profundamente inquietante.

Uno de los grandes aciertos de la película se encuentra en su apartado visual y sonoro. Los escenarios retrofuturistas, la fotografía sombría y un montaje que deliberadamente genera desconcierto contribuyen a una atmósfera única. La dirección de arte, cargada de elementos opresivos, potencia la sensación de desorientación, mientras que la música y el diseño sonoro refuerzan la experiencia de estar atrapado en un ciclo temporal imposible de romper.

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Bruce Willis y Brad Pitt: actuaciones memorables en ‘12 Monos’

El elenco también juega un papel esencial en el impacto del filme. Bruce Willis sorprende al alejarse de sus papeles habituales de acción y presentar un protagonista atormentado y vulnerable. Por su parte, Brad Pitt se roba la atención con su interpretación de Jeffrey Goines, un personaje excéntrico y delirante que le valió una nominación al Oscar como mejor actor de reparto.

En el momento de su estreno, 12 Monos fue recibida con elogios por su complejidad narrativa y su originalidad visual. La crítica valoró la capacidad de Terry Gilliam para fusionar la ciencia ficción con un thriller psicológico cargado de simbolismo. Aunque no fue un fenómeno masivo de taquilla como otros títulos del género, rápidamente se ganó un lugar de prestigio entre los cinéfilos que valoraban su audacia y su densidad temática.

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